El lince .
Más que un gran gato, un pequeño tigre…
El lince ibérico, conocido con el nombre científico de Lynx pardinus,
evolutivamente forma parte de la línea de los grandes carnívoros
(tigres, leones, jaguares y leopardos), de los que se separa hace tres o
cuatro millones de años. Por su apariencia física, de una manera
intuitiva frecuentemente se asocia a cualquiera de las otras líneas de
felinos existentes, pero el lince ibérico está más próximo a un tigre
que a un gato en la escala evolutiva.
Un ancestro común para las cuatro especies de linces actuales
Los científicos sitúan actualmente el origen de los linces en
Norteamérica, donde hace alrededor de 3,2 millones de años se
diferenciaron las primeras especies conocidas del género Lynx: el lince rojo (Lynx rufus), que actualemente pervive en Norteamérica, y el lince del villafranquiense (Lynx
issiodorensis), que se extinguió en el pleistoceno. De esta última se
piensa que proceden las tres especies de lince restantes, mediante una
migración a Eurasia por el Estrecho de Bering. Por aislamiento en el sur
de Europa durante las glaciaciones del Pleistoceno, surge el lince de las cavernas (Lynx (pardinus) spelaea), cuyos restos quedaron depositados en cuevas. Esta especie es el ancestro directo del lince ibérico (Lynx pardinus). Este lince europeo poseía un tamaño corporal superior al del lince ibérico e inferior al del lince boreal (Lynx
lynx). Como en infinidad de especies, las glaciaciones de Eurasia
parecen jugar un papel importante en la especiación de los linces, y así
por fragmentación y aislamiento surgen en el Pleistoceno inferior el
lince boreal en Asia y el lince canadiense (Lynx
canadensis) en América. Aunque las otras tres especies de lince tienen
amplios rangos de distribución, el lince ibérico se distribuye ya en
época histórica de manera exclusiva en la Península Ibérica.
No es de extrañar que estas cuatro especies tengan algunas
características comunes como son el rabo corto, orejas con un mechón de
pelos largos en su punta (conocidos como pinceles) y barbas. Sin
embargo, los tamaños corporales de las cuatro han sido origen de las
adaptaciones de cada una de las especies a su hábitat y dieta, variando
desde el lince rojo, el más pequeño de ellos, que ronda los 6 kg de peso
medio hasta el lince boreal, que puede llegar a los 30 kg.